Existe, en lo profundo de nuestros genomas, códigos que no conocemos, escritos en idiomas que hoy no comprendemos, cromosomas de colores, que son insignia de unidad, armonia y solidaridad. Existe en nosotros, mas allá de los 198 años de bandera Argentina con diseño europeo, un emblema perdido de nuestra identidad: la Wiphala.
Once Ida te invita a conocerte un poco mas.
La prohibición de las Wiphalas fueron uno de los dispositivos empleados por los españoles en su tarea de conquista, quienes las izaban eran era perseguidos, quienes las nombraban castigados. Resultado, síntoma de la enfermedad que padece la tierra hace siglos, la Wiphala es un eslabón escondido en el ADN de la latinoamericana de hoy en Día. Sintomático también es la ausencia de la Wiphala de nuestro vocabulario diario, de nuestras actividades culturales o sociales. Pero todo tiene un origen y el origen de esta enfermedad es el capitalismo, que vino en embarcaciones desde el otro lado del Atlántico con tradiciones, creencias, y sobre todo violencia.
El objetivo de esta enfermedad: el exterminio de una identidad, y la implantación de la explotación del hombre por el hombre como la única alternativa.
De todas maneras la batalla todavía esta librándose, jóvenes y adultos de una nueva generación que se saben robados en su identidad, investigan, profundizan, abrazan la cultura perdida.
En palabras de Bartolina Sisa: “Yo muero, pero mañana volveré y seré millones”
Once Ida te invita a conocerte un poco mas.
La prohibición de las Wiphalas fueron uno de los dispositivos empleados por los españoles en su tarea de conquista, quienes las izaban eran era perseguidos, quienes las nombraban castigados. Resultado, síntoma de la enfermedad que padece la tierra hace siglos, la Wiphala es un eslabón escondido en el ADN de la latinoamericana de hoy en Día. Sintomático también es la ausencia de la Wiphala de nuestro vocabulario diario, de nuestras actividades culturales o sociales. Pero todo tiene un origen y el origen de esta enfermedad es el capitalismo, que vino en embarcaciones desde el otro lado del Atlántico con tradiciones, creencias, y sobre todo violencia.
El objetivo de esta enfermedad: el exterminio de una identidad, y la implantación de la explotación del hombre por el hombre como la única alternativa.
De todas maneras la batalla todavía esta librándose, jóvenes y adultos de una nueva generación que se saben robados en su identidad, investigan, profundizan, abrazan la cultura perdida.
En palabras de Bartolina Sisa: “Yo muero, pero mañana volveré y seré millones”
Sebastian Morrison
No hay comentarios:
Publicar un comentario