Por Romina Luraschi
1826: Una argentina recién salida del envoltorio. Una argentina por momentos unitaria, por momentos federal. Con batallas desperdigadas por todo el territorio, con ausencia de constitución y con una población sumamente heterogénea. Españoles, criollos, mestizos y por supuesto, los originarios de estas tierras, convivían y morían unos a manos de otros.
En las pampas argentinas: los mapuches, los ranqueles, los pampas. Todos ellos desarmados, descentralizados, desunidos, perseguidos y amenazados. Existían pero su existencia no era muy tenida en cuenta por ninguno de los dos bandos. Excepto cuando eran necesarios para luchar.
En 1826, en un pueblo llamado “las vizcacheras”, tuvo lugar una poco conocida batalla entre unitarios y federales. Del bando unitario el mando lo ejercía el recientemente importado Coronel Federico Rauch. Del bando federal, el poco conocido Prudencio Arnold y los indios ranqueles, que tenía mucho que cobrarle a Rauch.
El enfrentamiento contó con 600 hombres de cada lado y terminó con el asesinato del coronel unitario por parte de un indio ranquel.
Nicasio Macias, apodado Arbolito, lo bajó del caballo de la gloria con tan solo unas boleadoras. Una vez en el suelo, lo ajustició corándole la cabeza.
Los indios no podían pelear por sus propios derechos, y debían hacerlo por su subsistencia, aliándose a uno u otro bando. La muerte de Rauch no fue entonces una victoria para los federales, sino para la memoria de los pueblos que hacía 300 años, y hace hoy 500, que no dejan de ser borrados de las páginas de las historia.
Urgente agregar ventanitas para subir al facebook!!! igual copie el enlace! Saludos Argentinos!
ResponderEliminarla foto superior es de pincé, no de arbolito
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